domingo, 18 de enero de 2015

Sistema solar



- Khia, ¿por qué no calientas como los demás? Luego te da un tirón o un esguince y no quiero saber nada, ¿eh?
- Profe, es que no puedo hacer deporte. Mira...

Y le entrego la nota a mi profesora. Después de leerla con detenimiento en unos segundos, me mira con cara de mala leche y me grita:

- ¡A hacer deporte! ¡Vamos, la clase ha empezado!
- ¡Pero si no puedo!
- Mira, mira... ¿encima con chulerías? Que esa nota la has escrito tú, niña, que a mí no me engañas.
- ¡Pero si la ha escrito mi cuidadora!
- ¡Cállate, que como protestes más te llevo al director! Será posible la niña ésta...

Yo no comprendía nada. Mientras me seguía abroncando, Sistema solar la nota con violencia, arrugándola en mis manos sin ningún tipo de delicadezas.

- Ve a calentar a la esquina, que aquí estorbas a los que están jugando al fútbol. ¡Vamos, muévete!

Casi a punto de llorar al no entender nada, leí la nota que mi querida MC escribió, para ver si se había equivocado de papel o si ponía algo raro. Rezaba:

A la atencion del señor profesor:

Le solicito que la alumna Khia M. M. no aga jimnasia oy ya que se encuentra enferma.

Gracias,


http://sistemasolar.info/

MC.

¡Ya comprendía el motivo por el cual Margarita se había cabreado tanto conmigo! ¡Creía que yo había escrito aquel justificante, al tener aquellas considerables faltas de ortografía! Por supuesto, nunca llegó a caer en la posibilidad de que una persona hecha y derecha, bien entrada en la treintena, hubiera escrito aquello.
Bien es sabido que los niños siempre tienen, pero heme ahí, a los once años, apenas sin ninguna, corrigiendo mentalmente los fallos y... cagándome en MC cuando me obligaron a correr quinientos metros alrededor del colegio como castigo.

-Normal, Piñy, normal.



Una vez concluída mi misión, cerré bien los botes y me puse a estudiar.

Unos días después, me enteré, por una conversación vía messenger, que mi hermana había estado difundiendo mis andanzas en el cuarto de baño entre sus compañeros de clase.

-¡Serás cabrona, tú! -Grité nada más verla -Has ido contando por ahí lo de la mierda... ¡te vas a enterar!
-Pero si sólo se lo he contado a N, mi mejor amiga y ella no se va chivando, joder.
-¿Y qué ha dicho?
-Se ha partido el culo, tía.


Más tarde, una fuente de información del todo fideligna me comentó que la Piñy (mi hermana) había tenido que proceder a la repetición de la "Operación Detritus" ya que a ella también le sucedió lo mismo que a mí: el objeto de estudio no deseaba formar parte de ninguna clase de análisis y deseó a toda costa escapar por la cañería. Ella se lo impidió.

Así que, orgullosa, fui a demostrarle a mi hermana algo que en la carrera nos hacen recordar a cada minuto: que la información es poder.

-Piñy... sé lo de tu participación en la "Operación Detritus"
-Ya te lo ha contado mamá, ¿no?
-Pues sí. Y que sepas que me voy a vengar.
-Tía, por fa, no se lo digas a nadie -Suplicó.
-Tranquila, tú. -Añadí con una sonrisa -Sólo lo voy a escribir.



PD: Aún no se han podido obtener los resultados de los análisis pero si os interesa, prometo manteneros informados.

Khia  09/02/2006 14:26  Enlace Permanente  Comentarios (37)

"Acer jimnasia"
Esta semana os voy a contar una de mis anécdotas más célebres entre mi círculo selecto de familia y amigos. Poca gente la conoce, pero como estoy medio paranoica de tanto examen, tanto estudio y tanta paliza, y, por suerte, he encontrado un huequecillo para escribir este post ya que durante el fin de semana apenas tendré tiempo para respirar, he adelantado mi cita semanal con el blog y os daré el privilegio de conocer esta historia. Allá va:

Nos trasladamos en el tiempo: yo tenía once añitos y cursaba quinto de primaria. Imagináos una tarde de primavera en la que los niños van al cole con abrigo y vuelven a merendar a casa hasta con la camiseta interior de manga larga atada a la cintura del calor que tienen los pobriños.